
Las Empresas Fonalledas no se conforman con la explotación de la clase trabajadora, también son asesinos del ambiente. En Ponce dicha empresa ha cometido un acto barbárico al talar alrededor de 307árboles en los predios del centro comercial Plaza del Caribe. La destrucción masiva de flora ocurrió para construir un anexo al centro comercial y mayor estacionamiento. Las Empresas Fonalledas en su continuo afán de lucro (generan más de $320 millones anuales – son propietarios de Plaza las Américas, Plaza del Caribe, Tres Monjitas y la heladería “Soft and Creamy”) explotan a trabajadores y trabajadoras, pero también destruyen el medio ambiente que es recurso de la humanidad.
Estos 307 árboles eran área de anidaje para aves migratorias, proveían tan necesario oxígeno y también servían de sombra para los peatones que por allí caminan. Entre los cientos de árboles muertos se encontraba la especia nativa ucar (Bucida buceras).
No solamente las empresas Fonalledas son culpables de estos nefastos actos también la Oficina de Permisos del Gobierno Municipal de Ponce al conceder sin ningún tipo de vista pública el permiso para cortar estos árboles. Una vez más, vemos al Municipio de Ponce alinearse con los grandes intereses capitalistas (también lo hizo con Walgreen’s en su intento de talar árboles en el Bosque El Samán en Ponce) para facilitarle el camino a la destrucción de nuestro medio ambiente para generar más millones a sus arcas. Otro individuo parte de esta destrucción ambiental es el exsecretario del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales, Daniel Galán Kercadó. Este señor fue contratado por las Empresas Fonalledas para realizar el estudio ambiental que facilitó el corte de estos 307 árboles. Galán Kercadó, demuestra que a fuerza de dinero baila cualquiera, incluyendo a aquellos que en algún momento estaban supuestos a velar por los recursos naturales del país.

Se han señalado varias irregularidades en el proceso de la destrucción de estos árboles. Este corte de árboles no tenía el aval de la bióloga especialista del Municipio, Celsa Rodríguez Hernández y esta fue sacada del proceso de evaluación del proyecto por oponerse al mismo. También, la empresa explotadora y destructora del ambiente niega que se haya emitido una orden de “cese y desista” por el Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales la cual no fue respetada.
Las Empresas Fonalledas alegan que trasplantarán una fracción de los árboles que fueron cortados, pero no se pueden reemplazar estos árboles que muchos de ellos tenían muchos años de vida.
Las acciones de la empresa liderada por Jaime Fonalledas, explotadora de la clase trabajadora y también destructora del medio ambiente, son imperdonables. La destrucción de 307 árboles demuestra la falta de sensibilidad, de humanismo y de respeto por el ambiente de parte de la clase capitalista y explotadora del país. Tampoco se le puede perdonar al Municipio de Ponce, y a su alcaldesa Mayita Meléndez su complicidad. Estas entidades gubernamentales se desenmascaran ante la clase trabajadora como enemigos del ambiente, y amigos del dinero, los millonarios y sus intereses. La clase trabajadora tenemos que defender nuestros recursos ambientales y agrícolas ya que son los únicos que tenemos. No podemos confiar ni en las empresas capitalistas, ni en mucho menos las agencias gubernamentales que le cargan las maletas a los ricachones del país.