Por: Vilma Meléndez
Los debates de la “izquierda” cada vez pierden más el rumbo convirtiéndose en Guetos políticos. Las organizaciones de izquierda en Puerto Rico adolecen de un escaso nivel teórico y de un aburguesamiento en los estilos de trabajo. Luego de la caída del Muro de Berlín y la bancarrota del “socialismo real” de la URSS, la izquierda mundial pasa a renegar de sus posturas y tratamientos teóricos marxistas (aun de las distintas visiones acerca del marxismo) al punto de querer enterrar toda “sospecha”. Puerto Rico no fue la excepción, hoy la mayoría de los dirigentes de las organizaciones reniegan del marxismo para adherirse a nuevos tratamientos teóricos que están en boga las llamadas teorías post (post marxista, post estructuralista y, ¿porque no?, la postmodernistas). Para estas teorías, el marxismo es anticuado, no se adapta a nuestra realidad, porque hablar de lucha de clases e imperialismo es ver un dinosaurio viviente. Se sustituye clase por pueblo (metafísicamente), ya no se habla de capitalismo sino de economía de mercado. Este renegar de los conceptos teóricos bases de cualquier crítica radical al sistema que una vez usaron estos dirigentes, demuestra cómo han absorbido el pensamiento dominante de la década de los 90’s (neoliberalismo). Las nuevas concepciones organizativas de estos sectores (formas de llevar la teoría a la acción) reflejan dos concepciones:
- Frentes (coyunturales y partidos sin ideología) = evadir el poder
- Alianzas (visiones aburguesadas) = evadir el poder
Una visión de desamparo teórico de concebir el proyecto político que evade una concepción fundamental en toda lucha política “el poder”. La creación de frentes coyunturales para luego disolverlos (Ej. gasoducto, PUEDA, etc. sin contar el apoyo de sectores “progre” a Todo PR x PR) funcionando en guetos políticos. No plantean la construcción de un proyecto a largo plazo ni la construcción de un contra- poder. Ninguno de esos frentes pasó de la mera coyuntura defensiva ni mucho menos a la ofensiva de construir una contra- hegemonía a largo plazo. Sino que el trabajo que se hizo, no se continuó para tener un carácter permanente para las próximas luchas. Lo que se construye se destruye para crear otro frente. El peligro de esta tendencia es que está sujeto al oportunismo político (el de la izquierda en este caso) que no abona en nada en el avance del movimiento popular (clase trabajadora y aliados), porque va fragmentando las luchas y las va separando al punto que no se ve como parte de un efecto sistemático y que su raíz es el capitalismo. Que muy fácilmente cada demanda por separado el sistema las resiste y las incorpora para que pierdan su radicalidad( capitalismo con rostro humano). Lo peor de esta práctica es que afianza la desconfianza en el movimiento popular en trascender la lucha de meras reivindicaciones puntuales y deposita la confianza del movimiento popular en la elecciones (votar por partidos de la burguesía) para conseguir las meras reivindicaciones. Estos dirigentes dejan de plantearse que el movimiento popular sea capaz de conseguir sus propias reivindicaciones y la trasformación del sistema.
En esta coyuntura nace un partido concebido como frente electoral sin “ideología” clasista ni de vocación antiimperialista, al menos en su programa político. Tesis que plantean que en las elecciones no está el “issue del estatus”. Volvemos al problema del poder, porque la toma del estado no es poder. No representa una amenaza para el capitalismo ni mucho menos se tambalea. Por ser una colonia el poder se ejerce desde afuera con sus representantes aquí (olvidando la injerencia norteamericana en la región). No existirá trasformación sin un contra –poder (que nace desde las bases del movimiento popular) que en la medida que tenga conciencia de clase asumirán cada vez posturas más radicales. Plantear un partido sin “ideología” con medidas populistas no trastoca el sistema capitalista, no es un avance para el movimiento popular. No plantea la necesidad de destruir el sistema capitalista promoviendo reformas que no radicaliza, al contrario confunde y coarta todo tipo de iniciativa para organizar la revolución. Estos proyectos de partidos sin ideología más que simpaticones hace tiempo que la organización de la revolución no es una opción. El engaño de que son otros tiempos como si Puerto Rico hubiese dejado de ser una colonia y que el capital es humano. Ese engaño de partidos sin “ideologías” copiando mecánicamente proyectos sin ver una real correlación de fuerza. Gastando las fuerzas y energías en un proyecto desde arriba sin organización desde las bases.
Otro de los sectores políticos el de “las alianzas” con sectores políticos de uno de los partidos burgueses. Este sector renunció hace tiempo a cualquier tipo de confrontación con el poder. Su propuesta política es participar , apoyar candidatos, que son alianzas que no avanzan ni radicalizan el movimiento popular( clase trabajadora y sectores aliados) sino que su discurso se limita a un supuesto lenguaje inclusivo (renegando cualquier vestigio que evoque la confrontación con lo establecido) y se habla del buen vivir por no decir socialismo . Esta visión que cada vez cae en desprestigio por la renuncia de organizar la revolución. El argumento es que son otros tiempos como si el colonialismo, explotación, y la lucha de clase, dominación patriarcal y destrucción ambiental hubiesen desaparecido de la noche a la mañana. Sus alianzas no impiden que se acaben estos problemas ni radicaliza al movimiento popular (clase trabajadora y aliados), pretenden escoger otro camino diferente al partido sin ideología pero la meta es la misma: administrar lo que queda. Si bien en sus filas hay militantes valiosos (as) y que obran de buena fe, la línea política de la organización es contradictoria con el accionar de estos (as) militantes. En tiempos de guetos políticos solo son varias organizaciones que al menos en su discurso presentan una alternativa clasista y socialista. Entonces nos quedan unas tareas pendientes por los y las socialistas para ir avanzando.
- Denunciar el oportunismo de estos sectores políticos. Si bien pueden ser aliados coyunturales no podemos cargarle las maletas.
- Preparación teórica (combinar la teoría con la práctica) para elevar la conciencia y formación de cuadros políticos del movimiento popular (clase trabajadora y otros sectores )
- Incorporar sus programas en las actividades de masas para combatir el discurso del fragmento (reivindicación meramente puntual sin política nos dicen algunos “progre”).
Son esas las primeras tareas del movimiento socialista en esta coyuntura para combatir los guetos políticos. Ir acumulando fuerzas, solo así se podrá pensar en una estrategia de todo movimiento socialista porque ninguna organización sola podrá cambiar las correlaciones de fuerzas a favor de nuestra clase.