Los talleres de la UTIER Capítulo de Mayagüez no se intimidan ante las actitudes necias del patrono

Desde el pasado viernes 5 de julio de 2013 los trabajadores de campo de servicios técnicos de la Autoridad de Energía Eléctrica en la región oeste comenzaron a regresar al medio día a su centro de trabajo para tomar allí su hora de alimentos. Con esta medida renunciaron a las dietas que se ofrecen al tomar su hora de alimento fuera del centro de trabajo. Regresaron a tomar sus alimentos en el centro de trabajo por 7 días. «Esta medida, derecho como empleado, es una estrategia para exigir que se respeten los espacios de negociación que merecen las personas que producen día a día la energía eléctrica» planteó José, trabajador de campo de servicios técnicos de un taller del área oeste.

A consecuencia de estas acciones la gerencia decidió realizar cierres patronales, una acción ilegal y de efectos severos en la calidad y producción. «Cierran el portón y no te permiten salir ni entrar y la vez te requieren el trabajo realizado desde el momento el cierre» nos explica José. Se realizaron en total siete cierres patronales.

Como consecuencia de los cierres patronales se adjudicaron una W a todos los trabajadores que regresaron por las 3.5 horas de cada tarde de la jornada diaria y 45 minutos por regresar a almorzar al centro de trabajo. La W es un símbolo administrativo para descontar del salario un tiempo determinado y no contarlo como alguna licencia, enfermedad, vacaciones, etc.  Además, producto de los cierres patronales la gerencia estuvo realizando el trabajo técnico de campo invadiendo la unidad apropiada.

Por las acciones reaccionarias de la gerencia al otorgar las W a los trabajadores de campo de servicios técnicos, las y los compañeros unionados de oficina efectuaron paros de tiempo extra demostrando una solidaridad proletaria extraordinaria.

Luego de este proceso, el lunes 15, varios trabajadores por enfermedad propia o de algún familiar cercano no pudieron presentarse al trabajo. Aun así, cada uno de los ausentes llamó el mismo día para notificar la ausencia por enfermedad. Según iban reportándose nuevamente a trabajar entregaron los certificados médicos correspondientes. Ante estas ausencias el patrono dedujo que era una acción concertada, razón por la cual adjudicaron W a los trabajadores. Se logró quitar las W de ese día como resultado de las exigencias del personal a la gerencia de que es una falta a los derechos básicos de las y los trabajadores y sus familias.

La UTIER se encuentra desde enero del 2012 negociando su convenio colectivo. Actualmente, la AEE intenta que los trabajadores y trabajadoras paguen más deducibles del plan médico, que en algunos casos implica hasta un 500%, sin ofrecer siquiera un aumento en el salario para contrarrestar este aumento. Anteriormente intentaron quitarles el  plan de retiro y la licencia por accidentes en el trabajo pero se logró mantener como estaban  dichos derechos.

Un aspecto de vital importancia en la negociación  del convenio es la composición de brigadas. La AEE quiere que celadores de líneas de menor gradación y experiencia realicen trabajos de alto riesgo junto a celadores de mayor gradación. Esta práctica ha sido señalada en informes de accidentes de OSHA. En los pasados 3 años han muerto 6 trabajadores en sus labores. Se estima que por cada muerte en el trabajo ocurren 30 accidentes graves y 600 incidentes (“por pocos”). Entre las causas para estas  tragedias están la falta de planificación, largas jornadas de trabajo y la composición insegura de brigadas.

La lucha de los compañeros y compañeras de la UTIER, táctica por táctica en cada centro de trabajo es legítima ya que se trata de asegurar la vida de los seres humanos que producen las riquezas, en este caso la energía eléctrica. Trabajamos para vivir, no vivimos para trabajar.

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