Primero de Mayo proletario

Bajo un resplandeciente sol marcharon alrededor de tres mil trabajadores de la UTIER en reclamo de mejores condiciones laborales y en contra de la privatización. Esta movilización se da en el marco de la conmemoración del Primero de Mayo: Día internacional de la clase trabajadora y de un paro decretado por la UTIER, por la mala fe que han mostrado los nuevos guaynabitos del PPD en la negociación del nuevo convenio colectivo. También tuvieron una participación destacada los empleados de la Autoridad de Carreteras, recientemente organizada por  PROSOL, así como decenas de trabajadores de otros talleres, tanto públicos, como privados.

De esta jornada destacan varios puntos muy positivos para nuestro movimiento obrero:

1. Esta manifestación rescata el carácter proletario que debe tener el Primero de Mayo. Esta conmemoración tuvo un claro contenido obrero que se reflejó en las consignas, en las y los manifestantes, y en la tribuna. No hubo representaciones de elementos de la pequeña burguesía patriótica que suelen pulular en las actividades obreras y que resultan anacrónicos.

2. El entusiasmo de las y los trabajadores fue refrescante. El entusiasmo con el que se marchó en este día se manifestó a lo largo del recorrido de múltiples formas, algunas más carnavalescas y otras con mayor combatividad: pero entusiasmo al fin.

3. Los manifestantes no hicieron distinciones entre los partidos de la burguesía en cuanto a atribuir responsabilidades por la crisis. Este es un elemento de mucha importancia ya que no se hablaba tanto de «el gobierno de tal o cual» sino de la clase gobernante que no sirve a nuestros intereses.

4. Desde la tribuna se hizo una crítica implacable a los sectores amarillos del sindicalismo corporativo, en particular a sus líderes, por tener gran parte de la responsabilidad en las derrotas a las que han llevado a sus matrículas por no plantearles posibilidades de organización y lucha. Como ejemplo se mencionó al liderato de Puertos por sus actuaciones entreguistas, aún en contra de los deseos de lucha de gran parte de su matrícula.

Sin lugar a dudas, hoy fue un gran día en el que desde el 2009 no se realizaba una conmemoración a la altura de las circunstancias en las que la burguesía criolla y transnacional nos dirigen hacia un despeñadero. Nos reafirma que nuestra clase, a pesar de más de 40 años de castración ideológica y organizativa insertada por elementos aburguesados que han causado estragos en nuestro accionar económico y político, conserva intacta su esencia revolucionaria.

¡Qué viva nuestra clase obrera!

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