Miles de manifestantes cierran aeropuerto por más de una hora

Cerca de 3,000 manifestantes impidieron el acceso vehicular al Aeropuerto Inernacional Luis Muñoz Marín por más de una hora como clausura a la manifestación convocada por el grupo PUEDA (Pueblo Unido en Defensa del Aeropuerto). La manifestación contó con la participación de diversas organizaciones sindicales, sociales y políticas, además de un nutrido grupo de ciudadanos y ciudadanas que acudieron en su carácter personal a expresar su repudio a la ya consumada transacción.

A pesar de la actitud desafiante de la policía en todo el trayecto de la marcha y de su  intentona  de impedir el paso de la manifestación, el pueblo en su creatividad infinita burló el cerco y comenzó a ingresar en masa a los predios de aeropuerto ante la mirada atónita de la policía. Las fuerzas represivas contaban con un dispositivo impresionante que incluía SWAT, la Unidad montada, además de cerca de un centenar de antimotines. Además decenas de agentes federales pululaban por los terrenos del aeropuerto carpeteando manifestantes. Una vez cerrado el aeropuerto se organizó un piquete en ambas entradas que duró poco más de una hora.

No cabe duda que el pueblo rechaza esta transacción. Sin embargo, la militancia comunista siempre insistirá en que debemos fortalecer las estructuras de trabajo amplio que sobrepasen las coyunturas electoreras y luchas inmediatas. Es necesario que la izquierda, con todas sus complejidades y diversidad ideológica, debemos comenzar a articular un proyecto político que sea viable para el pueblo, en particular la clase trabajadora.

No debemos preocuparnos tanto por la «unidad de todo el pueblo» porque sabemos que los intereses son diversos y en ocasiones contradictorios. Lo que se hace urgente es que ese proyecto que surgirá de la voluntad política de las organizaciones, en un proceso de crítica y autocrítica, se presente al país como uno alcanzable. Pero para eso, es necesario que superemos las luchas espontáneas y reaccionarias y comencemos a construirlo con nuestras diferencias y contradicciones. Pero también con nuestras virtudes y nuestras fortalezas.

La militancia comunista está segura de la certeza de la victoria. Por eso seguirá insistiendo en que la única herramienta de aglutinación de las fuerzas sociales, comunales, ambientalistas, sindicales progresistas y revolucionarias que existe más allá de esta y las coyunturas venideras es el Frente Amplio de Solidaridad y Lucha (FASyL). Frente que fue fundado por la mayoría de las organizaciones que acudieron a esta manifestación y que luego abandonaron por circunstancias que aún no están claras.

Ahora surge el «frente» PUEDA, con una estructura organizativa desconocida y que responde a situaciones mediáticas, pero que no atiende el meollo del problema: la organización efectiva de amplios sectores sociales y sindicales que no militan en organizaciones de izquierda, sino en los partidos burgueses de turno. Las y los comunistas insistiremos que mientras no desarrollemos estructuras deliberativas de base, donde las matrículas de los sindicatos participen y en las que a través del trabajo y la lucha colectiva vayamos entretejiendo lazos que fortalezcan nuestro movimiento, seguiremos siendo débiles. Inclusive en circunstancias en que las convocatorias resulten «exitosas».

Por el momento, felicitamos a esos y esas manifestantes por su decisión de desafiar a los sirvientes locales del capital y esperamos que sea el inicio de procesos que alcancen mayor profundidad revolucionaria.

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