En momentos en que el desmantelamiento de la AEE arrecia, las condiciones de trabajo y las conquistas históricas de miles de hombres y mujeres se ven amenazadas por la intransigencia de los guaynabitos en la negociación del nuevo convenio colectivo con la UTIER. Esta camarilla corrupta de riquitos (a costa nuestra por supuesto) insisten en endeudar más a los que producimos la riqueza del país a través de emisiones de bonos y, para eso tienen que hacer lo que los bonistas les exigen: privatización y despidos.
Ante esta situación, la UTIER, que viene haciendo grandes esfuerzos en la mesa para que las negociaciones no fracasen, se ve en la necesidad de movilizar a la matrícula y cuyas jornadas podrían desembocar en una huelga indefinida, para presionar al patrono a que reconozca la justeza de sus reclamos.
¡Solidaridad con los trabajadores y trabajadoras de la UTIER!
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