Los gerenciales de la AEE se han unido a los legítimos reclamos de la UTIER denunciando un esquema de privatización que abarca casi todas las áreas de servicio de la corporación pública.
Abayarde Rojo obtuvo un documento redactado por los gerenciales donde enumeran cómo aprovechando la huelga, los administradores de la AEE han aprovechado para repartirse sus funciones con la empresa privada.
A medida que avanza la huelga de la UTIER se hace evidente el patrón de desmantelamiento de la AEE y de cómo se ha ido privatizando a pedazos, tanto las áreas de servicio al cliente, como las ramas productivas. También se ha evidenciado las verdaderas intenciones de los guaynabitos de hacer que las negociaciones fracasen y dar el golpe necesario para desmantelar la AEE y de paso arrancar las conquistas históricas de sus empleados y empleadas.
Sólo hay que ver sus movidas de los pasados días:
1. Para el «Comité negociador» que se encargaría de mantener negociaciones con la UTIER nombraron a dos archienemigos de la clase trabajadora del país: Héctor Laffite, ex juez federal, vinculado como uno de los autores intelectuales al asesinato de un dirigente sindical durante la década de 1970. Pedro Vázquez, empresario de la construcción quien ocupó altos cargos en la AEE en el pasado y elemento muy cercano al asesino Carlos Romero Barceló. Con el nombramiento de estos hampones se asegura el fracaso de las negociaciones y se le envía un claro mensaje a los trabajadores y trabajadoras de la UTIER de que exigir derechos con la huelga es un juego peligroso.
2. Criminalizando la lucha obrera con la reciente acusación de Daniel Moreau Merced, Monserrate González Caraballo, Hernando Figueroa Crespo y el presidente de capítulo de Ponce Julio Seda Romero de sabotaje.
Los gerenciales tienen el deber de unirse a los reclamos de la UTIER con la huelga. Todos los trabajadores y trabajadoras de la AEE en su conjunto saben que se les va la vida en ello.