Nuevo giro en asesinato de fiscal venezolano

GERARDO REYES y CASTO OCANDO
Thu, Nov. 10, 2005

El Nuevo Herald

Un testigo del gobierno de Venezuela en la investigación de la muerte del fiscal Danilo Anderson, aseguró que un director del FBI de apellido Pesquera y un funcionario de la CIA a quien sólo identificó como Morrison, participaron en una reunión en Panamá en la que se planeó el asesinato del funcionario.

La versión ha sido rechazada categóricamente por personas que también fueron implicadas por el testigo clave del Ministerio Público, Giovani José Vásquez De Armas.

El Nuevo Herald intentó obtener una versión de Héctor Pesquera, quien fue director de la división de Miami del FBI hasta diciembre del 2003 y ahora es asesor de la Oficina del Alguacil del condado Broward (BSO).

Elizabeth Calzadilla, portavoz del organismo, dijo que Pesquera no está emitiendo comentarios sobre temas ajenos a su labor en BSO.

Vásquez, quien se identificó como médico colombiano militante de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), dijo que Pesquera y Morrison estuvieron presentes entre el 4 y el 6 de septiembre del 2003 en una reunión que se realizó en Darién, una provincia panameña limítrofe con Colombia.

A la misma reunión asistieron además, según Vásquez, la periodista Patricia Poleo como representante del Movimiento Libertad; Salvador Romaní, hijo del líder anticastrista del mismo nombre que actualmente reside en Miami; los ex policías Rolando Guevara, Otoniel Guevara y Pedro Lander; el actor Orlando Urdaneta, el capitán Luis García como representante de la organización anticastrista Comando F4, e Israel Pincheski como representante de los banqueros.

“Allí se discutió el plan apoyado por el FBI y la CIA”, continuó Vásquez, “y algunos presidentes de medios de comunicación para sacar a Chávez del gobierno. En esa misma reunión se dice que el objetivo final era matar al presidente Chávez, al fiscal general y a un connotado líder opositor de apellido Mendoza”.

El fiscal Anderson murió en Caracas en noviembre del 2004 luego de que su automóvil explotó.

Salvador Romaní padre negó que su hijo hubiese viajado a la supuesta reunión conspirativa.

“Como decimos los cubanos, es un paquete que no supieron envolverlo. Los argumentos de la fiscalía no tienen base de sustentación probatoria, son simples elucubraciones por lo demás contradictorias”, dijo Romaní.

Su hijo, explicó, estuvo en Panamá en el 2001, cuando en calidad de gerente de seguridad de Ipostel (el servicio de correo estatal venezolano), fue enviado allí a un congreso internacional de correos.

“Fue junto a otra persona, un capitán del Ejército que había sido dado de baja cuando el golpe del 4 de febrero. Ese es el único viaje que ha hecho mi hijo a Panamá”, aseguró Romaní, que es vicepresidente de la Junta Patriótica Cubana en Miami.

Para continuar con el planeamiento de los asesinatos se realizó otra reunión, esta vez en Miami, según Vásquez.

Una tercera reunión se llevó a cabo en Maracaibo, Venezuela, el 3 o el 4 de marzo del 2004, en un apartamento propiedad de las AUC, agregó.

Entre los asistentes, de acuerdo con el testigo, estaba el ex policía Johan Peña.

“Todo esto es una mentira enorme, yo no conozco a ese señor colombiano, es una fantasía del fiscal, no sé cómo llegaron a este cuento”, dijo Peña a El Nuevo Herald en Miami.

Peña, quien fue imputado en la causa como autor intelectual, está a la espera de una decisión sobre su solicitud de asilo político.

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