Por Alberto Luis
“Pueblo de Puerto Rico tengo que hacer una confesión. Primero, levanto las manos, sí, hubo un problema – es más fue una diferencia grande entre mi pareja y yo – lo cual nos llevo a una discusión subida de tono. Esta experiencia – que se conociera en los medios – me hizo reflexionar. En el sistema injusto que rige la sociedad puertorriqueña – donde se priva a los ciudadanos de los elementos más básicos para poder formar y disfrutar una familia – es una consecuencia los problemas graves entre las parejas. Esta realidad me ha puesto a pensar – mi caso es diferente, pues pertenezco a la clase política del país, y con todo los privilegios que esto conlleva, no evitó el problema.
Pero esta situación me hizo tomar conciencia de lo difícil que es mantener una familia cuando perteneces a la clase trabajadora y desposeída del país. Me di cuenta que utilizamos el Estado – sus leyes, tribunales, policías, etc. – para oprimir al pueblo, al cual no le damos las herramientas para que pueda tener una convivencia feliz y saludable. Es que hemos estado tan ocupados legislando a favor de los ricos – y engordando nuestros bolsillos – que nos hemos olvidado de la forma organizativa primaria en la sociedad: la Familia. Es más, me di cuenta que el Departamento de la Familia, Procuraduría de la Mujer y el Departamento de Justicia existen para destruir las familias en la sociedad puertorriqueña.
Parece una sentencia fuerte, pero es la realidad. Es que ahora no tengo dudas – sin trabajo o con un trabajo explotador y mal remunerado no se puede constituir una familia estable. Sentencio: El Estado tiene que meterse – punitivamente – con la familia en la sociedad puertorriqueña porque, éste, no le provee la base necesaria a los componentes de las mismas. Es más el Estado está destruyendo los cimientos que alcanzan a construir las personas que deciden formar una familia.”
Héctor Ferrer, nosotros los trabajadores – que la presión organizativa dentro del capitalismo nos hace tomar conciencia de la realidad objetiva – somos humanistas ante todo. Si este hubiese sido su análisis y su conclusión ¡que mucho se hubiese crecido! Es por eso que los cambios en la sociedad los tenemos que hacer los trabajadores – ni la clase politiquera, ni los ricos, ni Wall Street – pero necesitamos el poder.
Violencia domestica = desempleo, trabajos explotadores, injusticia salarial, degeneración en las relaciones personales = CAPITALISMO.