Por El Andariego

¡Mi gente! ¿Quién dijo que agua pasada no mueve molino? Escuchen lo que dijo el viejo Marx respecto a esto: «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado. La tradición de todas las generaciones muertas oprime como una pesadilla el cerebro de los vivos.» La verdad que como decían en mi barrio, es que ese viejo era un tártaro.Y pa’ muestra de que el viejo en esto tenía mucha razón para afirmar lo que dijo, escuchen lo que me contaron y que luego lo pude constatar por lo menos con el registro fotográfico de la huella del cuento.

Fue un jueves 17 de febrero del corriente año, en una acción diseñada para conmemorar la rebelión Taína ocurrida hace ya 500 años durante el mes de febrerodel año 1511, dos agentes de un improvisado conjunto, conocido solamente por sus propios miembros como La F, se dispusieron a declararle la guasábara a la memoria histórica del matarife y explotador de indígenas taínos en los predios de la avenida bautizada con su nombre: Juan Ponce de León. El blanco más prominente de esta cuadrilla de rebeldes, armada con aerosol y plantillas, fue el cementerio de símbolos taínos localizado frente a la Plaza Morell Campos; nombrada en honor al afamado músico y compositor de ascendencia africana y española, nacido en la ciudad cuyo nombre también le rinde homenaje al matarife y colonizador: Ponce. La palabra guasábara fue plasmada con tinta en aerosol en areas apropiadas para expresar su mensaje adecuadamente . Luego de un corto pero efectivo recorrido, la palabra guasábara quedó grabada en el corazón de la avenida, homenajeándo así la histórica gesta de Agüeybaná el Bravo y el resto de los aguerridos taínos y taínas.
Acto seguido, un proletario guardia de palito, ignorante con respecto al significado del plasma grafitero, entendió que era su deber actuar de chota y llamó a la policía estatal. Poco después, los agentes de La F fueron perseguidos e intervenidos por los patrulleros estatales de Cangrejos, el otrora poblado de negros libres. Se inició entonces un animado diálogo, aunque uno de los agentes policiacos inició la comunicación desenfundando en automático su rotén. Los agentes policiacos interpelaron a los agentes de La F con el alegato de que estos últimos habían estado “pintando paredes por dondequiera” a lo largo de la avenida. Los agentes de La F le ripostaron que ellos estaban llevando a cabo una labor de promoción cultural y que en ningún momento mancillaron el espacio público, al cual tenían derecho de expresión. Los agentes policiacos insistieron en que la pintadera era ilegal por no haberse hecho en los lugares designados para dicha expresión. Los agentes de La F le reiteraron a los agentes policiacos que en todo caso los verdaderos violadores y mancilladores de los espacios públicos y privados eran, en su gran mayoría, las corporaciones publicitarias y los políticos con su propaganda oficial. Señalando a la pared sedimentada con afiches publicitarios en estado de deterioro, localizada justamente detrás de donde los estatales estaban parados, uno de los agentes de La F argumentó: “En mi vecindario estamos ahogados por ese tipo de publicidad, que las corporaciones pagan para poner por todas partes”.
“Además, Santini tiene los espacios públicos, que ustedes dicen que están disponibles, Santini los tiene controlaos”, recalcó el más jóven de los rebeldes culturales.

Nada, no sé si porque estaban cansaos o porque uno de los agentes de La F parecía tener más añitos que los propios policías patrulleros; el asunto es que en lugar de zumbarlos de mala manera en la parte de atrás del coche patrullero, o “la jara” como le decían en mi barrio hace ya añejos años, el agente a cargo del sermón del orden oficial exhortó a los rebeldes del aerosol, en tono de papá comprensivo: “Pórtense bien”. Los rebeldes de La F cerraron el cuasiamistoso diálogo dándole la mano a los estatales por su comprensiva actitud y se perdieron por la Lluveras pa’bajo. Llegando a la esquina de la Fernández Juncos y la salida pa’ la autopista, frente al Pavía, los de La F, se detuvieron agradablemente sorprendidos al descubrir que otro de los miembros de su grupo había optado por expresar su editorial gráfico sobre un enorme anuncio publicitario del gobierno instando a apoyar al proyecto de la mal llamada Vía Verde (bueno, realmente sí, pero se les quedó algo afuera: “Vía [de los billetes] verdes”), mejor conocida, entre las masas críticas pueblerinas como el tubo de la muerte.
Pero no mi gente, colorín colorado este cuento no ha acabado…
El sábado, los muchachos de La F, no sé si eran los mismos de la Ponce de León, pero de todos modos, mis fuentes me indican que eran definitivamente de La F, estuvieron presentes en el acto de conmemoración del 5to Centenario de la Rebelión Taína que tuvo lugar en el respetado Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe. El mencionado acto fue una amena , bien concurrida y seria presentación de temas (con algunas excepciones que mencionaré más adelante) en torno al contexto cultural y el significado histórico de la gran Rebelión Taína de 1511.
Figuraron estrellas del firmamento académico del calibre de Jalid Sued Badillo, cuyo libro sobre Agueybaná el Bravo debe estar en la biblioteca de los que puedan y quieran sacar tiempo para leerlo; Francisco Moscoso, cuyos estudios sobre la formación social y económica que sirvió de zapata para la expropiación y explotación del pueblo indígena taíno es prerequisito de estudio para alimentarnos la imaginación y la acción contra el coloniaje de hoy; Marimar Benítez presentó un resumen muy creativo sobre cómo se reinventan las tradiciones y por qué; el profesor Juan Manuel Delgado, quien a pesar de sus innecesarios golpes de pecho como llanero solitario y rescatador etnográfico de la identidad boricua taína y demás… también hizo su aportación, junto a otros y otras más que omitiré, no porque su participación no fue importante, sino para no perder el hilo del cuento.

El punto es que, en conjunto, la suma de las presentaciones académicas nos pararon los pelos de horror al escuchar en más detalle las barbaridades y atrocidades de la llamada conquista española europea en Borikén. O como hubiese dicho Cervantes en language de novela de caballería: “De como Borikén fue bautizado con el nombre de San Juan de Puerto Rico” y en capítulo seguido: “De como el otrora criador de cerdos y veterano de guerra matamoros Juan Ponce de León se convierte en nuestro primer Gobe colonial, matando y explotando a todo aquel taíno o taína que se opusiese a su empresa de colonización por la vía rápida”, por el “Knock out” de la expropiación y la explotación de tierras, recursos y gente.
Desde luego, y vale la aclaración, no todo español agente de la colonización y representante de la monarquía española a cargo de la empresa estaba necesariamente de acuerdo con el método del “Knock out” a la Ponce de León y sus secuaces. Un grupo dentro de los círculos dominantes de aquel imperio abogaba por una pelea en donde la victoria se obtuviera por puntuación, la decisión de los jueces, es decir, del Dios Católico de la conquista de las almas y sus arcángeles exterminadores de culturas paganas. Era una cuestión de “que venza el mejor y superior contrincante”, en cuyas mentes no cabía la duda de que sería el civilizador cristiano, quien les haría el favor de salvar a aquellas inferiores almas paganas (entiéndase las de los taínos) del infierno que seguramente les esperaba de no conocer al Cristo matamoros. Cabe señalar que aquí se destacaron algunos grupos ecleasiásticos, quienes no se dejaron de beneficiar del “knock out”. De hecho parte de su propuesta civilizadora de bautizar indígenas taínos para que fuesen buenos siervos sin hacerles mucho daño y transar por traer Africanos pa’que doblaron el lomo y aguantaron los latigazos (los ecleciásticos eran sendos propietarios de tierras y esclavos). En conclusión, entre los noqueadores y los civilizadores, la agenda era la misma: expropiar para colonizar y “quedarse con el canto”, en todos los sentidos de esa expresión.

Pero, volviendo al cuento de hoy, los muchachos de La F asistieron y fueron testigos presenciales de todo el evento de conmemoración. Llevaron hasta cámara de video y grabaron una admirable representación de la Guasábara Taína por parte de un grupo de jóvenes de Camuy. También grabaron otra ceremonia de corte teatral, pero contraria a la de los jóvenes de Camuy, ésta resultó ser una busconería a cargo de un supuesto “Cacique Taíno” cuyo “yucayeque” está localizado en Bayamón.
El asunto es, y vuelvo, que al final de las charlas académicas uno de los muchachos de La F convocó a los allí presentes para que una vez terminada la ceremonia del areyto, el orquestrado por el buscón de Bayamón, fueran todos los que se sintieran ofendidos por la estatua del matarife Ponce de León —luego de escuchar sus horrendas hazañas— para plasmarle con aerosol la palabra guasábara, debajo de la infame tarja que dice: “Visitó la Ysla de Puerto Rico en 1508. Volvió a poblarla en 1509. Terminó su conquista en 1511”.

Y seguimos… Los muchachos de La F esperaron pacientemente que se concluyera el areyto orquestrado por el buscón de Bayamón, quien intentó varias triquiñuelas para sabotear la verdadera acción cultural de rebeldía, para imprimir la palabra guasábara en su merecido lugar. Pero los muchachos no sólo contaban con su propia astucia sino, más importante aún, con el apoyo y participación de un aguerrido grupo de boricuas de todas las edades, encendíos y encendías de coraje contra la insultante tarja en la estatua del gobe matarife. Y así, armados todos y todas de entusiasmo para reescribir nuestra historia, se lanzaron a la placita. Formaron un semicírculo en torno a la estatua (forjada con el metal de cañones ingleses que trataron de quedarse con la Isla) y justo cuando se levantó la plantilla y se reveló entintada en areorosol la hermosa palabra, todos y todas gritaron al unísono: ¡guasábara!

Epílogo: la imprimatura grafitera fue borrada por los agentes guardianes del presente orden colonial. La guasábara tendrá que continuar. La próxima vez la tarja tendrá que reescribirse para que diga: Juan Ponce de León, criador de credos y veterano de la Guerra contra los moros civilizadores de el Andalus ibérico, exploró como colonizar la isla de Borikén en 1508. En 1508 regresó y comenzó a colonizarla con el apoyo de los Borincanos quienes pensaron que se trataba de una empresa de mutuo beneficio. En 1511, cuando los borincanos se vieron engañados, expropiados y esclavizados por Juan Ponce y sus ejércitos, los primeros se rebelaron y le declararon la guasábara a quienes entonces vieron no como hermanos sino como invasores.

La historia se sigue repitiendo, hasta que los desendientes de Agüeybaná el Bravo nos pongamos de pie, y unidos lancemos el grito de ¡guasábara!
SIEMPRE NOS HABIAN ENGAÑADOS!!!HASTA AHORA COÑO…. Y CARAJOS PARA AQUELLOS QUE TODAVIA PIENSAN EN LAS REINAS Y REYES DE ESPAÑA, EE,UU. «LA GRAN EUROPA» Y LAS GENTES DE PIEL BLANCA
….(no todas) PERO ESTAMOS ARRECHOS CON TODAS ESTAS VAINAS QUE NOS HICIERON, Y TODAVIA QUIEREN SEGUIR!!!!!! BASTA YA PA EL COÑO TODOS ELLOS !!!