Por la Redacción de Abayarde Rojo

Como parte de la lucha en defensa de la universidad y la educación pública, el estudiantado en lucha de la UPR reanudó la jornada de desobediencia civil que culminó con cerca de 30 arrestados y agresiones a miembros de la prensa burguesa.
Los arrestos se dieron en las facultades de Estudios Generales y Educación, donde la infame Fuerza de Choque aplicó técnicas de asfixia a los desobedientes civiles, apretándolos por el cuello y los hombros, para forzarlos a abandonar su protesta. Para que la prensa, tanto burguesa, como alternativa no documentara estas agresiones, comenzaron a forzar a los periodistas fuera del área a empujones. En medio de la escaramuza fue arrestado el compañero Ricardo Oliveros del colectivo Radio Huelga, quien intentaba documentar estos abusos.

Hubo diversos piquetes en los portones de Educación, Bellas Artes y Ciencias naturales, donde los estudiantes increparon a la Fuerza de Choque y exigieron su salida del reciento bajo la mirada atenta de la unidad montada, quien observaba a lo lejos. Los desobedientes civiles ubicados en el portón de Bellas Artes, algunos compañeros y compañeras del Colectivo de Playas Pal´Pueblo no fueron arrestados, a pesar de haber estado varias horas bloquenado la entrada.

Cerca del final de la jornada, los estudiantes tenían cerrada la Ave. Gándara a la altura del portón de Bellas Artes, cuando fueron obligados a replegarse por un impresionante dispositivo paramilitar que incluía cerca de setenta efectivos de la Fuerza de Choque, la Unidad Montada y la fantasmagórica División de Arrestos Especiales. Estos iban «limpiando» toda la avenida, aun así, los estudiantes se mantuvieron firmes y se replegaron de forma ordenada hasta la Ave. Universidad. Al cabo de varios minutos los defensores del gran capital se retiraron sin mayores enfrentamientos.

No cabe duda que a pesar de que un sector amplio del estudiantado no participa de las jornadas de lucha, por diversas razones, la huelga ha sido exitosa. Nos comentaba un estudiante que «por ser el final del semestre le hemos perdido la pista a muchos compañeros que participaron en la huelga anterior. Sin embargo, el hecho de que muchos no estén acudiendo a tomar sus clases es un tipo de apoyo.» El Abayarde Rojo pudo comprobar que los estacionamientos de estudiantes estaban a menos de la mitad de su capacidad.
Además, las condiciones de militarización del recinto han sido un disuasivo para la baja participación estudiantil en el «proceso educativo», con las bochornosas excepciones de Naturales y de Administración de Empresas, donde la asistencia ha sido mayor.
