Por Miguel Cruz
Desde el 17 de diciembre, los trabajadores en huelga de la compañía B. Fernández & Hnos., Inc., afiliados a la Unión de Tronquistas, se mantienen en pie de lucha.
La empresa importadora y distribuidora de alimentos, licores y otros artículos, se mantiene intransigente y dilata las negociaciones. El anterior convenio colectivo venció hace dos años. En su afán de derrotar a los trabajadores, pretende eliminar beneficios adquiridos y reconocidos en convenios colectivos anteriores en materia de días por enfermedad, días de vacaciones y aportaciones al plan médico de los empleados.
Cínicamente, el mezquino capitalista ofrece un aumento de 10 centavos por hora por cada año de vigencia del convenio.
Los trabajadores han enfrentado con valentía todo tipo de agresiones, incluso de amenazas, provocaciones e intentos de intimidación —tanto de la policía como de la compañía de seguridad Capitol— mediante disparos con armas de fuego y el lanzamiento de gas pimienta a los trabajadores que realizan piquetes.
Recuérdese la notoriedad de esa empresa criminal hace unos años en Paseo Caribe y, muy recientemente, en la huelga de la Universidad de Puerto Rico.
Sin embargo, aún con todas estas acciones, la huelga ha sido efectiva. El patrono ha fracasado en la contratación de rompehuelgas —a los que ha tratado de colar en helicóptero— y las pérdidas ascienden $3 millones por cada semana de huelga, ya que de sus almacenes sólo ha podido sacar un 10% de los transportes de mercancías —4 camiones de 40 por día.
Para darle el jaque mate cuanto antes a la patronal, sectores amplios de apoyo a los trabajadores están organizando un boicot a los productos que distribuye B. Fernández; entre estos artículos, los de las marcas Budweiser, Busch Light, Bud Light, O’Doul’s, Kelloggs, Arroz Valencia, Bohío, Libbys, Pillsbury, Farina, Hormel, McCormick, Heinz, Absolut Vodka, Pinch Scotch Whiskey, Black Flag y 3M.