Contra la militarización y a favor de la educación

Por Luis Pedraza Leduc

Luis Pedraza Leduc

El 10 de diciembre de 2010 se celebra mundialmente el aniversario 62 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, aprobada por la Organización de las Naciones Unidas en 1948. Para este día, más de 300 organizaciones sindicales y movimientos sociales de América, reunidos en el III Encuentro Sindical Nuestra América celebrado en Caracas, Venezuela, en julio pasado, decidió convocar a todas las organizaciones populares, sociales y sindicales, a transformar el 10 de diciembre de este año —Día Internacional de los Derechos Humanos— en una verdadera jornada de lucha POR LA PAZ y contra la INSTALACIÓN DE BASES MILITARES, verdadera muestra de injerencia del imperialismo yanqui en nuestros pueblos.

Las organizaciones que hemos acogido esta iniciativa iniciamos una recolección de firmas en todos los rincones de Nuestra América para poder anunciar en esta fecha, que la inmensa mayoría de nuestros compatriotas queremos en el marco de los Bicentenarios por la Independencia, manifestar nuestro más absoluto rechazo a la permanente agresión a nuestras soberanías de parte de los gobiernos de los Estados Unidos de Norte América y el irrenunciable carácter pacifista y emancipador de nuestros pueblos.

En Puerto Rico, colonia del imperialismo norteamericano se nos esconde la historia. El 10 de diciembre como Día Internacional de los Derechos Humanos pasa casi inadvertido, aun cuando este documento es la base para la Carta de Derechos de la Constitución en nuestro país. No se educa ni se divulga esta realidad que más allá de un dato es la declaración de los valores por los cuales nos debemos guiar en los asuntos políticos, económicos y sociales.

La Carta de Derechos anuncia derechos de libertad política, credo y expresión. Derecho al trabajo, al techo seguro, a la educación y la salud. Seguridad social al infante y al viejo, a la mujer y a toda la familia. No discriminar por razón de sexo, género, nacionalidad, ideas políticas y religiosas, dan base a un llamado a favor de la tolerancia, aceptar la diversidad, propiciar la cultura y la paz. Ésta debe ser la base política de nuestra organización social.

Sin embargo, el 10 de diciembre de 2010 Puerto Rico amanece con el principal centro de educación superior ocupado por la Policía. No en función preventiva o como remedio a un caos desatado como se alega. La realidad es que la Universidad está ocupada militarmente, por orden del gobernador Luis Fortuño. Esta ocupación es el resultado de la política que este gobierno ha desatado para controlar todo espacio y reducir a la obediencia y el silencio toda voz disidente.

Se van destruyendo toda organización o esfuerzo colectivo que sirva para lanzar ideas distintas a la versión oficial de que en Estados Unidos se hace mejor. Para la clase social, y dentro de esta clase, el sector que Luis Fortuño representa, su marco de referencia es el poder del imperio. La colonia se elimina con la asimilación total de nuestro país hacia los Estados Unidos, con la destrucción de las ideas y de todo lo que afirme la puertorriqueñidad.

Y como lo anterior no es posible mediante la ocupación y control de puestos y direcciones de entidades, la militarización se impone. Que nos acostumbremos a ser vigilados e intervenidos por las fuerzas policíacas, nos dice una Rectora impuesta por el decepcionante Presidente de la Universidad de Puerto Rico.

La adhesión de la Coordinadora Sindical al llamado que hicimos en Caracas, Venezuela se reafirma hoy contra la militarización y ocupación policiaca de los centros universitarios. Luchar por lograr una Universidad donde se respeten las ideas y la diversidad es luchar por una sociedad justa. Continuaremos durante el mes de diciembre recogiendo firmas que denuncien la guerra y la militarización, los ataques a una educación liberadora, la negación del gobierno a un trabajo digno y sobre todo a las constantes violaciones de los derechos humanos.

Se impone hacer esta expresión y divulgarla internacionalmente. Que se conozca que mientras nuestros hermanos latinoamericanos celebran con orgullo sus independencias donde los puertorriqueños y puertorriqueñas dijimos presente, hoy nuestra Patria es colonia y los gobernantes votan por la guerra, la violación de derechos humanos y la muerte de la educación.

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