Una cita con la Historia

Cuando las sociedades se disponen a luchar en contra de quienes las oprimen, desatan unas fuerzas esenciales para su progreso de libertad y justicia. Por esta razón, la lucha por expulsar de Vieques a la Marina de Guerra nos abrió nuevos horizontes.

El resultado inmediato fue apoyar a los viequenses en su larga y ardua lucha por liberarse del terror de los militares, y la destrucción tóxica de su Isla.

El resultado amplio fue un salto hacia adelante en el proceso de descolonizar nuestra sicología colectiva. Si luchamos, podemos triunfar y construirnos para nosotros mismos una sociedad de libertad, prosperidad sustentable y justicia social.

Por esa razón, debatirnos si somos un país, o «un reguero de gente» no tiene otra respuesta que no sea en la acción, en la lucha sostenida, hasta la victoria, en contra de las fuerzas que pretenden destruirnos y desintegrarnos.

La lucha en contra del Gasoducto de la Muerte marca otra inevitable confrontación contra quienes quieren cancelar nuestra aspiración colectiva por esa sociedad con un futuro decoroso. Cada vez más, estas confrontaciones conllevan opciones más estrechas: o triunfamos, o nos robarán, de un zarpazo, las bases materiales y sociales para forjarnos el futuro. O los derrotamos, o nos roban la dignidad, y entonces sí nos reducen a «un reguero de gente».

Los enemigos de nuestro futuro, los bonistas de Wall Street, se esconden detrás de unos seres sin patria y sin conciencia cuyo único afán en la vida es aumentar sus privilegios y sus fortunas. Ahora andan tratando de comprar agricultores en Adjuntas, y trabajadores en Barceloneta —ofreciéndoles gas natural para sus torrefacciones y para sus patronos de las farmacéuticas.

A cambio de que acepten unos supuestos beneficios y empleos, les piden que vendan la vida y la seguridad de miles de familias puertorriqueñas. Una vez más, el poder del dinero intenta corromper la conciencia de los oprimidos. Es la hora de darle vida radical, de lucha militante, a lo que una vez se lanzó como consigna electoral: “¡Vergüenza contra dinero!”.

Este domingo tenemos una cita con la historia. Tenemos que caminar con el pueblo en lucha. Tenemos que trascender las triviales diferencias sectarias que nos hunden en el pantano de la inefectividad. Es el momento de dejarle saber claramente a los canallas a quienes poco les importa la vida de miles de puertorriqueños, cuando se trata de sus millonarias fortunas, que el Gasoducto de la Muerte ¡NO VA! Con la determinación que detuvo los bombardeos en Vieques, los puertorriqueños con conciencia hemos dicho ¡BASTA! y hemos echado a andar.

Este domingo continuaremos la larga marcha que comenzó el 19 de septiembre en Adjuntas. Multiplicaremos, diversificaremos y radicalizaremos nuestra lucha, según los corruptosagentes de Wall Street insistan en atosigarnos este nefasto embeleco.

¡El domingo, todos los caminos conducen a Toa Baja!

¡Hasta la victoria!


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