Por Félix Arroyo

El miercoles 3 de noviembre de 2010 la Federacion de Maestros de Puerto Rico realizó un piquete frente a las oficinas del Departamento de Educación. Al mismo asistieron más de 100 personas y sus reclamos fueron: que se cumpla con el periodo de 50 minutos y se garantice el Periodo Institucional, que se pague a los maestros el aumento establecido en la Ley 109, que se detengan los descuentos injustificados, que no se privatice la educación pública, que se nombren los maestros de Bellas Artes y Salud y de las plazas vacantes que todavia existen, que se no se privatice el sistema de retiro de maestros y que se restituya el Comite de Organización Escolar.
Su presidente, Rafael Feliciano, exigió negociación con el Departamento de Educacion para resolver éste y otros asuntos, luego de ser excluido de una reunión el día anterior. El Secretario de Educación, Jesús Rivera Sánchez actualmente se encuentra dividiendo y atacando a la FMPR al anunciar que los miembros del Comite Ejecutivo serán despedidos del Departemento de Educacación porque no se han reportado a sus plazas y las licencias sindicales no fueron concedidas.
El liderato de la FMPR ha sido incapaz de culminar el pasado proceso electoral, proceso que ha sido amañado por una camarilla para retener el poder del sindicato por otro término. La ineficiencia del actual liderato para resolver conflictos que adelanten la lucha de la clase magisterial se ha reflejado desde la pasada negociación del convenio colectivo, que culminó con una huelga de diez días, sin convenio y con multas al sindicato por violacion a la Ley 45, la cual se decidió no actar. Sin embargo, hoy el liderato recoge firmas acatando la decisión de la Comisión de Realciones del Trabajo.
La división magisterial ha sido catastrófica para alcanzar importantes reivindicaciones para la clase magisterial, mientras que la ofensiva patronal y el gobierno neoliberal de turno aplasta el instrumento de lucha de los maestros por la actuaciones desarcertadas del actual liderato. A las maestras y maestros de Puerto Rico no les queda otra opción de unirse por encima de todas las diferencias y líderes, defender la escuela pública, organizándola una contraofensiva desde sus bases, entiéndase las escuela y las comunidades.