UTIER se opone al Gasoducto de la Muerte

Ángel Figueroa Jaramillo, presidente de la UTIER, presenta la posición de la UTIER referente al Gasotubo de la Muerte.

El Consejo Estatal de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER) celebró hoy viernes, 15 de octubre, una conferencia de prensa en la que se anunció la oposición de la Unión al proyecto que el pueblo ha venido a llamar el Gasoducto de la Muerte.

La posición de la UTIER, muy esperada por todas las personas que están pendientes a la creciente controversia entre el Gobierno y sectores cada vez mayores del pueblo que se oponen a la construcción del gasoducto, resulta ser muy ponderada y coherente, y contrasta notablemente con la de la la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE).

La AEE, y toda la Administración de Luis Fortuño, se han lanzado desmesuradamente a empujar un proyecto complejo, costoso, y con serio potencial dañino con frágiles, pero valiosos ecosistemas y contra la vida humana. No se ha tomado la molestia de explicarle al pueblo cómo, específicamente, este proyecto encaja dentro de una política estratégica de energía para el país. Ciertamente, estas explicaciones no están a su alcance porque, sencillamente, ni la AEE ni el Gobierno han sentido la necesidad de preparar ese plan energético. Han optado por tratar de empujarle al pueblo, a la trágala, un proyecto de dudosa viabilidad, que carga con todos los factores negativos antes mencionados.

Tapan, con mentiras y engaños publicitarios la realidad de que el Gasotubo de la Muerte está totalmente desvinculado de un plan concreto de cómo y para cuándo Puerto Rico se va a independizar de los combustibles fósiles, cómo se van a transformar los hábitos de consumo de la sociedad, y cómo se va a zafar la AEE del agarre estrangulador con el que los bonistas de Wall Street le impiden su desarrollo como una principalísima institución del pueblo. En ausencia de un plan estratégico, se han gastado millones de dólares en publicidad engañosa, y han distorsionado de tal manera los procesos de estudios y consultas, al punto de producir una Declaración de Impacto Ambiental fraudulenta y engañosa.

Hoy, los trabajadores organizados de Puerto Rico, pusieron en bochorno (si fueran capaces de abochornarse) a los herederos del dinero y el privilegio en nuestra sociedad, que están agarrados de las riendas del Gobierno. Están comenzando a demostrar que una clase trabajadora organizada tiene mejores atributos de servir al pueblo, con inteligencia y justicia, tomando el poder y organizando una sociedad donde no impere el lucro y el atropello, que estos patricios engreídos y arrogantes.

Donde la AEE y los guaynabitos han tomado una actitud soberbia de «nosotros somos los que sabemos de esto», la UTIER insiste en la necesidad de que un asunto tan medular como la política energética del país tiene que surgir de procesos participatorios y verdaderamente democráticos.

La UTIER presentó, por voz de su presidente Ángel Figueroa Jaramillo, un bosquejo inicial de un plan de política energética que será cubierto y analizado más en detalle en futuros artículos del Abayarde Rojo.

Por ahora, podemos asegurar, como lo hizo Figueroa Jaramillo, que la oposición del pueblo se está masificando, y hace este embeleco un sueño guaynabito al que le llegó la hora. Como le recordó el presidente de la UTIER al Gobierno: este pueblo está movilizándose para oponerse al gasoducto, y cuando eche a caminar, no va a haber «Ley Tito Kayak» que lo detenga.

Estamos por buen camino.

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