Las pesadillas se derrotan en la lucha
Por Juan Camacho (jcamacho@elropero.com)TOA BAJA- Una sección del tubo que transporta gas natural hacia Palo Seco, específicamente en la sección frente a la urbanizacion Levittown en la carretera PR-165 explotó este jueves dejando un saldo de 7 personas muertas y más de 25 heridos. La explosión, ocurrida a las 11:00 de la noche de ayer, produjo un cráter de 40 metros de diámetro levantando bolas de fuego que alcanzaron más de 50 metros de altura y el incendio cubrió casi dos kilometros de radio. Entre los muertos se encuentran 3 automovilistas que transitaban por la 165, dos jovenes que caminaban por la marginal aledaña y un matrimonio que conversaba en la tranquilidad de la marquesina de su hogar.

El pánico y la confusión se apoderó de los vecinos ante la ausencia de los funcionarios que tenían la responsabilidad de orientar y dar las directrices correspondientes. Ni los bomberos, ni la policía, tenían claro los pasos a seguir en la eventualidad de una evacuación. Ningún funcionario de la AEE estuvo presente. Ante esa situación algunos vecinos optaron por abordar sus automóviles con sus familias y abandonar el lugar.
Rebeca Quiñones, residente de la segunda sección de Levittown manifestó de manera molesta que los planteamientos que hizo el gobierno en defensa de la construcción del gasoducto fueron falsos y engañosos. ¨Nos dijeron que iba a bajar la tarifa de electricidad, que ibamos a cambiar a fuentes de energía renovable y sobre todo el tubo sería seguro; pero la realidad ha sido otra: las tarifas volvieron a subir, el precio del gas natural está por las nubes, ya van cuatro explosiones a sólo dos años de construido y todavía no hemos visto ni un molino de viento.¨ Quiñones lamentó no haber dedicado atención a los planteamientos de los opositores a la construcción del gasoducto. ¨Estuvieron por ahí, repartieron hojas sueltas, pero no les hice caso,¨ dijo entre sollozos la confundida vecina.
Esta es la cuarta explosión del tubo desde que se inauguró en noviembre de 2012, semanas antes de las elecciones generales. Éstas han ocurrido en Peñuelas, Arecibo y Cataño, dejando un saldo de 15 personas muertas, más de 80 heridas y cuantiosos daños a la propiedad.
La construcción del tubo estuvo enmarcada en transacciones que han sido catalogadas como ilegales y corruptas. Aunque su costo original fue de $350 millones, su costo final ascendió a $900 millones de dólares. Cinco funcionarios y siete desarrolladores han sido acusados de extorsión y de conspiración para apoderarse de fondos públicos. Se investiga además, alegaciones que afirman que con el fin de aumentar sus ganancias, algunos constructores inescrupulosos no cumplieron con las especificaciones de las soldaduras ni con la profundidad que debía llevar el tubo.
El gobernador de entonces reside y trabaja en los Estados Unidos y se ha negado a contestar preguntas al respecto.