En Adjuntas está Casa Pueblo. Esa institución se formó a raíz de las luchas del pueblo de la Cordillera, con la solidaridad activa de miles y miles de puertorriqueños, para impedirle a los sirvientes de Wall Street de aquellos años que le entregaran a la Kennecott Copper, y destruyeran para siempre, el corazón ecológico de Puerto Rico.
Luchas populares como fue aquélla nunca se apagan. Aún cuando no arde a llama viva, su leña queda prendida. Las siguientes generaciones absorben, sin darse cuenta, las lecciones heróicas de los sucesos históricos que se retiran en la memoria. Por eso el nacionalismo albizuista todavía resuena en la juventud borincana. Los pueblos nunca olvidan, y se transmiten de generación en generación, casi en silencio, los grandes actos de valor y sacrificio.
Por eso decía Carlos Marx que las ideas se convierten es fuerzas materiales cuando las masas se apoderan de ellas.
Esta prolongada introducción es para explicarnos el fenómeno de un alcalde, miembro del PNP, que tiene las baquetas para decirle a los serviles burócratas de la Junta de Calidad Ambiental, que vayan y le lleven el mensaje a Fortaleza de que el gasoducto, por Adjuntas, no va a pasar.

Jaime Humberto Barlucea Maldonado fue más lejos. Después de denunciar las vistas públicas como eventos escenificados para cumplir con el protocolo legal, vacías de cualquier tipo de participación del pueblo, le dijo a los mensajeros de Fortuño que tuvieran claro que lo que él planteaba no era un mero cambio de ruta para evadir la resistencia del pueblo de Adjuntas. ¡Que descartaran el proyecto del gasoducto y regresaran al paso uno, y repensaran mejor una estrategia energética para Puerto Rico! Ése es el deber de un servidor público que no está más pendiente al interés personal que los intereses del pueblo.
Una política energética sabia se tiene que abrazar a las fuentes sustentables de energía. Le recordó a los burócratas de la JCA que la plaza del pueblo se alumbra con energía renovable, y que la Alcaldía de Adjuntas estará usando energía renovable desde los primeros meses del 2011.
El futuro de Adjuntas, el mayor productor de café de Puerto Rico, y una vez el mayor productor de chinas del mundo, está en el trabajo, en la producción y en la energía renovable. Ése debería ser el derrotero de Puerto Rico: la agricultura, la producción, el trabajo, un futuro de prosperidad sustentable y justicia social.
Para cerrar con broche de oro, este escasísimo ejemplo de cordura patriótica entre los llamados servidores públicos, exhortó a todo el país a luchar unido para detener el embeleco del gasoduto.
En las montañas de Puerto Rico se respira un aire fresco.