Luego que el Consejo Nacional Ejecutivo de la American Federation of Labor-Congress of Industrial Organizations (AFL-CIO) se uniera a la convocatoria para la marcha del 2 de octubre en Washington, DC, para exigir que el gobierno federal invierta parte de sus enormes recursos en la creación de millones de empleos, el movimiento laboral y sectores de la izquierda de Estados Unidos esperan que cientos de miles participen en ella.
Los planes para la marcha fueron revelados originalmente por el presidente de la organización por los derechos civiles de los afroamericanos NAACP, Ben Jealous, en la convención de su organizaron el pasado julio. También contaba con la iniciativa del presidente de la SEIU 1199, George Gresham, quien es afroamericano.
El presidente de la AFL-CIO, Richard Trumka, se ha comprometido con respaldar económicamente la publicidad y movilización para la marcha del 2 de octubre. Se espera que como en otras ocasiones, las uniones provean transportación gratuita a sus afiliados y miles de simpatizantes a través de Estados Unidos.
En su convocatoria original, el presidente de la NAACP declaró: “Marcharemos por el cambio por el cual votamos cuando elegimos a Barack Obama”, y que se “creen empleos y se detengan los recortes a la educación en lugar de invertir en guerras y prisiones”.
Las burocracias sindicales de Estados Unidos tienen un largo historial de convocar marchas grandes, de decenas de miles en diferentes partes de la nación, poco antes de periodos electorales. Y aunque las masas obreras, inmigrantes y activistas participan con la esperanza de impulsar cambios serios, dramáticos y cualitativos en las políticas del gobierno, a los burócratas sólo les interesa una tarima para hacer propaganda a favor del Partido Demócrata.
Pero esta vez las condiciones son un poco diferentes. Prácticamente toda la izquierda organizada tiene la intención de participar en la masiva marcha en la capital federal. Tiene claros los objetivos electoreros de los burócratas sindicales, pero también comprende que el pueblo va a participar de la misma con el propósito de lograr que el gobierno de Obama escuche sus reclamos.
Organizaciones diversas como la Coalición 1ro de Mayo, el Partido Mundo Obrero, el Workers Emergency Recovery Campaign de la costa oeste, la International Socialist Organization, el Million Worker March Movement y un sinnúmero de grupos populares se han unido al llamado de una expresión masiva del pueblo.
Se espera además la participación de todas las coaliciones que se han expresado en contra de las guerras imperialistas de Estados Unidos. La Conferencia Nacional para el Regreso de las Tropas que se celebró en Albany, NY, el pasado julio terminó con un llamado para una participación masiva del movimiento antiguerra en la marcha del 2 de octubre.
Los grupos por los derechos humanos de los inmigrantes también movilizarán a sus afiliados para reclamarle al gobierno que legisle cambios en las racistas y represivas leyes antiinmigrantes de la nación. Bajo el gobierno de Obama se han deportado anualmente más inmigrantes que durante la presidencia de George Bush.
La grave crisis del capitalismo aparentemente está obligando a que las diversas fuerzas y sectores de los movimientos populares se tiren a las calles de manera unitaria. El desempleo sigue galopante con un aumento de sobre 100 mil en el mes de julio, y las guerras imperialistas no tienen fin y, por el contrario, los militares de Estados Unidos amenazan abiertamente con expandir la guerra mediante un ataque contra Irán.
Para la izquierda en Estados Unidos, la marcha del 2 de octubre será una oportunidad para movilizarse junto con grandes sectores del movimiento obrero y presentar demandas que sirvan para desenmascarar las intenciones de las clases dominantes explotadoras de ese país.