Maestra, ¡no te creas ese cuento!

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Keleher y Rosselló: enemigos de la clase trabajadora.

Por Manuel Colón

Para usar una expresión en su lengua materna y que entienda la contratista de Educación que las maestras y maestros conscientes no nos comemos sus cuentos: «Ms. Keleher, don’t piss on our shoes and tell us it’s raining!

La contratista Keleher junto a Rosellito acaba de anunciar el Plan Fiscal del Departamento de Educación (DEPR) para el próximo año fiscal. En las redes sociales en lo que se ha centrado la discusión de muchos maestros es el supuesto aumento salarial que hace más de diez años no recibe el magisterio.  El plan presenta un mísero aumento de $150 mensuales, al ya precario salario del maestro.

Pero esto no viene a cambio de nada.  Condicionan el aumento a unos «ahorros» que hará el DEPR con el despido de alrededor 7000 maestros, de donde sacarán $135.752.000, y el cierre de sobre 300 escuelas más para “economizar” $14.415.000 adicionales.  Al lograr estos supuestos ahorros de más de $150 millones, que en realidad son recortes, se “reinvertirán” $38 millones en “aumentos salariales”. En otras palabras, aumentarán $1500 al salario anual a costas del despido de docentes, el mayor debilitamiento del fondo de retiro y la privación del acceso a la educación pública a miles de estudiantes. Estos cientos de cierre de escuelas se suman a los recientes cierres de escuelas, usando como justificación el paso del huracán María.  La mayoría de estos compañeros maestros despedidos se unirán a las filas del aeropuerto con destino a Estados Unidos.

Otro engaño utilizado por Keleher para desprestigiar al magisterio lo es la supuesta proporción de maestros por estudiantes, uno por cada 11, en el DEPR.  Esa proporción no cuadra con la experiencia práctica de un maestro, especialmente en las escuelas consolidadas, que tienen un promedio de 30 en el salón, número que aumentará con el cierre de escuelas y el despido de maestros.  Para engañar a la gente, están contando a los consejeros y trabajadores sociales como docentes para presentar una proporción reducida y así desacreditar al maestro – presentándolo como vago, privilegiado, etc. – por supuestamente tener tan pocos estudiantes al salón. Una vez más no nos comemos estos cuentos.

Pero no todo lo que ha dicho Keleher respecto al plan fiscal es mentira aun así con sus intenciones engañosas.  En una de esas instancias en que a uno le sale el tiro por la culata Keleher ha revelado que la inversión per capita por estudiante en Puerto Rico es de $6482 lo cual colocaría al territorio en último lugar entre todas las jurisdicciones de Estados Unidos en gastos por alumno.  Para poner este asunto en su justa perspectiva, el estado de Nueva York gasta alrededor de $20.000 por alumno.  (¿Y el distrito de Miami-Dade? que Keleher usa como benchmark, o referencia.  Tiene un presupuesto de $4,4 mil millones, el doble de Puerto Rico y gasta $8500 por alumno, o $2000 más de lo que se invierte en Puerto Rico per capita.  Significativamente, las únicas escuelas que recibieron una calificación de “F” en el distrito para el año 2016 eran escuelas chárter lo cual provocó que el superintendente del distrito advirtiera a los politicos estatales a parar la expansión de las chárter en el estado.)  En otras palabras, en Puerto Rico, cuya tasa de pobreza en más alta que cualquier otra jurisdicción en EEUU y donde la proporción de estudiantes con necesidades especiales también excede a los demás lugares, se gasta menos por estudiante que en cualquier otra jurisdicción.  Y, según las proyecciones contenidas en el plan fiscal la inversión en la educación se seguirá reduciendo en los próximos años.  Esto es en realidad una confesión del crimen que se está cometiendo contra la juventud puertorriqueña.  Claramente, la consigna de Keleher #Todoporlosniños le falta toda credibilidad.

La contratista Keleher, que no es otra cosa que una tecnócrata al servicio de la privatización y Wall Street con sueldo de $250.000 anuales, y el gobernador “obvian” varios detalles importantes al presentar su engaño del aumento salarial.

Uno, aún está vigente la Ley 3, legislada ante la emergencia fiscal el pasado año. Esta ley no es otra cosa que una extensión de la Ley 66 de Alejandro García Padilla, donde claramente estipula que hasta el 2021 no habrá aumentos salariales a los empleados públicos.  ¿Acaso Keleher no está al tanto de esta ley?  Se supone que con su jugoso salario debió haber hecho un recuento histórico ya que estaba en Puerto Rico tumbándose el dinero cuando esto.  Parece otro truco publicitario cínico de Ricky y sus compinches.

Dos, en el anuncio del Plan Fiscal, que contempla el fatulo aumento y que desafortunadamente algunos maestros menos conscientes están aplaudiendo, pero otros lo ven con suspicacia, Rosselló “obvia” que cualquier aumento a las finanzas del territorio tiene que ser aprobado por la Jueza Taylor Swain en la corte de quiebras.  Actualmente, en este espacio en New York es que se determinará el futuro económico de la colonia y que claramente no irá en beneficio de la clase trabajadora.

Maestro, maestra, no te comas estos cuentos.

Las movidas de Keleher no están desvinculadas de los acontecimientos generales que arremeten contra diversos sectores de la clase trabajadora.  El tirarle al magisterio el hueso del aumento salarial no es otra cosa que el intento de neutralizar a un sector laboral con un historial de lucha probado.  ¿Por qué?  Porque los politiqueros capitalistas están conscientes de que en estos momentos los policías están en huelga no declarada por un lado, la UTIER está organizando un frente amplio para defender la Autoridad de Energía Eléctrica por otro y los maestros, quienes reciben el embate diario en la sala de clases, se están preparando para combatir la privatización a la vuelta de la esquina.  Tanto Rosselló como Keleher está consciente de este escenario, que bien organizado promete despertar el espíritu revolucionario de la clase trabajadora.

Les lanzamos la propuesta a los trabajadores de la UTIER para tomar en sus manos las riendas de la AEE por medio de consejos obreros para así democratizar su administración y llevar a cabo la producción energética en beneficio de las masas.  También instamos al magisterio a organizar consejos obreros escolares para dirigir el proceso educativo en beneficio de la niñez y no los buitres de Wall Street.  Esta lucha del magisterio no se puede librar únicamente desde los tribunales. Hay que organizar a cada escuela, cada comunidad para impulsar un programa de lucha en defensa de educación pública y de la niñez.

 

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