Reforma contributiva de Rosselló afina la estrategia de la Junta de Wall Street

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Las masas trabajadoras razonan con plena justificación “otra reforma, nada nuevo, comoquiera acabaremos pagando más nosotros.”

Por Rogelio Acevedo

 

En las pasadas semanas ha ido ganando presencia en los medios burgueses la discusión sobre la reforma contributiva que impulsa la nueva administración del territorio y que se proponen aprobar este mes de agosto. La clase obrera y las masas trabajadoras razonan con plena justificación “otra reforma, nada nuevo, comoquiera acabaremos pagando más nosotros”. En ese sentido, las sucesivas reformas contributivas de cada cuatro años han representado diferentes pugnas entre grupos de capitalistas que han tratado de inclinar la balanza a su favor. Aunque hemos denunciado en muchas ocasiones el carácter altamente regresivo del sistema contributivo actual (que pagamos más los que menos ganamos), esta coyuntura enmarca las nuevas condiciones para su imposición.

 

Entre los puntos que se conocen sobre su propuesta destacan que los asalariados y con negocios por cuenta propia pueden escoger no llenar planilla y pagar a base de su contribución base que ronda el 7%. Alegan que esta medida beneficiará a cerca de 400 mil personas. También exime de contribuciones los primeros $12,500 en ingresos que supuestamente resultará en $200 millones en alivios contributivos. Además, plantea un crédito por dependiente de $100 para personas con ingresos menores a $80 mil, aumentarán la exención a los ingresos de pensionados hasta $25 mil y reducirán el impuesto “business to business” (B2B) de 4% a 2%. En cuanto al IVU, esta reforma también atacará a la pequeña propiedad estableciendo penalidades entre 5% y 10% si no rinde planillas mensuales y en el caso de los agentes no retenedores, si no informan a sus compradores del pago del IVU.

 

¿Acaso piensan Ricardo Rosselló y su pandilla que las masas creemos que esta supuesta reforma aliviará nuestra situación? ¿Acaso creen que con eliminar la radicación de planillas para asalariados cambia en algo la relación de explotación a la que nos someten? Estos supuestos alivios en nada cambian la proporción de cómo se distribuye la carga contributiva, de la cual gran parte recae sobre la clase trabajadora; es decir, entre lo que aportan los capitalistas versus lo que aportamos la clase trabajadora, que entre contribuciones por salarios e IVU representaron en 2016 cerca de $2,380 millones o el 42% de las aportaciones al Fondo General.

 

Al igual que en su “pugna” por la reducción de la jornada laboral, la administración de Rosselló hace un nuevo despliegue de populismo barato al argumentar que con esta nueva reforma contributiva aliviará la carga sobre los asalariados y “perseguirá a los evasores”. Nos “presentan esta propuesta” de forma aislada de todas las medidas antipopulares que han ejecutado, como la gran cosa, cuando en realidad es una nueva imposición para favorecer a los capitalistas.

 

Cuando analizamos detenidamente esta reforma básicamente está diseñada para golpear a la clase trabajadora y a la pequeña propiedad, sin hacer ninguna mención de las empresas nacionales, del capital foráneo y sobre las inversiones de capital. Llama a la atención el discurso oportunista de la “justicia contributiva” y que en realidad representan reducciones cosméticas cuando evaluamos en su conjunto el plan fiscal de la Junta de Wall Street (JWS) para el territorio. Esta reforma está diseñada para atraer inversionistas concediéndole grandes ventajas contributivas, como ya han ensayado con las Leyes 20 y 22, a la misma vez apalancar la carga sobre los hombros de la clase trabajadora. Este plan ha impuesto drásticas reducciones en derechos laborales a trabajadores del sector privado con la reforma laboral, los recortes de jornada y otros beneficios a empleados del sector público, que junto con las privatizaciones de servicios públicos, representan una reducción significativa del valor del trabajo y de los salarios a la clase obrera en general.

 

Las masas trabajadoras debemos ver esta “nueva” reforma contributiva enmarcada dentro de toda la ofensiva de los capitalistas dirigida hacia el restablecimiento de un régimen de explotación aceptable para todas sus agrupaciones basada en la reducción del valor del trabajo y en hacer concesiones contributivas a capitalistas nativos e internacionales. Estas concesiones son parte integral de su plan de atraer inversionistas que generen actividad económica que permita la renegociación del valor de los bonos del territorio, así como su posterior salida al mercado de bonos municipales.

 

Por esto la clase obrera debemos organizarnos independientemente de otras clases para la lucha por el poder político y el establecimiento de un sistema contributivo que abola todos los impuestos sobre el consumo y coloque la carga sobre las ganancias de capital.

 

¡Organicemos consejos obreros!

¡Comunismo o barbarie!