Informe destaca probabilidad de que el crecimiento económico en Puerto Rico siga estancado para la próxima década

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El callejón sin salida del capitalismo

Por Carlos Borrero

Un nuevo informe emitido por el Center for Economic and Policy Research (CEPR) destaca que pese a todos los argumentos planteados para justificar el Plan Fiscal elaborado por la administración de Rosselló y avalado por la Junta de Wall Street, son muy pocas las probabilidades de una restauración de crecimiento económico a corto y mediano plazo.  De hecho, los autores del informe manifiestan serias preocupaciones con la metodología utilizada para desarrollar el Plan Fiscal al señalar que el pronóstico de una reanudación del crecimiento económico para el 2024 está basado en supuestos subyacentes equivocados.  En particular, el Plan Fiscal certificado no contempla el impacto negativo para el crecimiento económico que suponen las medidas de austeridad que se están llevando a cabo.

 

El informe del CEPR detalla un panorama sombrío del capitalismo en Puerto Rico.  Cita el precipitoso declive del trabajo manufacturero desde la década de los 90 cuando había aproximadamente 159.000 personas empleadas en dicho sector hasta el 2016 cuando se estimaba sólo 74.000 trabajadores manufactureros.  Según los autores del informe, el despunte desmedido de la deuda pública tuvo lugar a raíz de la pérdida de ingresos estatales del sector manufacturero cuando, en un esfuerzo por compensar, las sucesivas administraciones territoriales aumentaron la emisión de bonos.

 

Otros señalamientos que resaltan del informe son el estancamiento del producto interno bruto (PIB) desde el 2005 y la caída de la inversión de capital fijo durante el mismo período.  Además de tildar los años desde el 2005 al 2015 de una ‘década perdida’, la falta de inversión de capital fijo hace muy probable que la manufactura siga en descenso y que la participación laboral, por más manipulación estadística que se intente, continúe a niveles muy bajos.  Por ejemplo, la actual tasa de participación laboral es de 42%, una caída del 47% desde hace una década, a pesar de los fraudulentos reclamos recientes de Carlos Saavedra Gutiérrez y Manuel Laboy de que el nivel de desempleo ha bajado.  Cómo se ha denunciado anteriormente, las cifras oficiales de desempleo se basan en criterios irrealistas además de la más descarada manipulación de las estadísticas.  Dadas las actuales ‘estrategias’ para traer a nuevas industrias al territorio, la mayoría de las cuales con una base tecnológica más alta que las de épocas pasadas, y la campaña para reducir la fuerza laboral del sector público, no parece haber un compromiso de parte del gobierno para atender este problema.  En este caso, el éxodo masivo de puertorriqueños, la población ha bajado en un 9.8 por ciento en la última década, contribuye a la “caída” en la tasa de desempleo.  Al mismo tiempo es precisamente la presión que ejerce lo que es para el sistema capitalista una población ‘excedente’, o lo que se conoce como un ejército laboral de reserva, la que mantiene muy bajos los salarios de aquellos ‘dichosos’ que tienen empleo en el territorio.  Como se destaca del mismo informe, a pesar de un costo de vida proporcional con EEUU, el trabajador puertorriqueño gana aproximadamente 55% del salario promedio del estadounidense,  $9,73 en comparación con $17,81 la hora.  Este fenómeno contribuye al alto número de personas que a pesar de tener empleo siguen viviendo por debajo del nivel de pobreza en Puerto Rico.

 

 

Aunque sus autores no extienden las conclusiones de su investigación a sus conclusiones lógicas, el informe del CEPR esencialmente destaca el fracaso del capitalismo en general.  Como se ven obligados a admitir, los mismos fenómenos que asolan a Puerto Rico están presentes en otros muchos otras partes del mundo.  Y aunque es posible que la cuestión colonial (ej. la falta de intervenciones monetarias, tarifarias) agrave hasta cierto nivel las condiciones que se enfrentan en Puerto Rico, como bien demuestran los casos de Detroit y Grecia, ni la estadidad ni la independencia de por sí son soluciones a los grandes problemas sociales que enfrenta la mayoría.

 

A pesar de las limitaciones de sus autores, el cuadro desolador que pinta el informe del CEPR es en realidad una confirmación del análisis que hemos hecho los comunistas de que es el mismo sistema económico el que mantiene a la sociedad empantanada.  La crisis social y política cada vez más profunda, tanto en Puerto Rico como por el resto del mundo, sólo encontrará su solución con la completa transformación de la sociedad por líneas socialistas.  Esta transformación empieza con la conquista revolucionaria del poder político por la clase obrera la cual tiene entre sus primeras tareas la puesta bajo el control suyo los principales medios de producción y distribución de la sociedad.