¡Viva el ejemplo inmortal de la Comuna!

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Por: Carlos  Borrero

Esta semana los obreros más conscientes a través del mundo celebran el heroico ejemplo de la Comuna de Paris. Hace 146 años los obreros parisinos se levantaron para tomar en sus manos las riendas de la administración pública. Fue el primer ejemplo en la historia de un gobierno obrero y aunque duró poco más de dos meses dejó un tesoro de importantes lecciones para los trabajadores de hoy.

La Comuna de París surgió como resultado de una guerra temeraria que aumentó las privaciones impuestas sobre las masas por un gobierno traidor, el desempleo generalizado, miserables salarios y condiciones de trabajo, así como la ruina de propietarios de pequeños negocios. El 18 de marzo de 1871 estas condiciones llegaron a un punto de inflexión y el gobierno, bajo la presión de una explosión social inminente y a raíz de un fallido intento de desarmar a un contingente de la Guardia Nacional compuesta principalmente por trabajadores armados para la defender la ciudad contra la invasión extranjera, abandonó a París para el palacio de Versalles.

El aparato del gobierno cayó en manos de los trabajadores, por así decirlo. Sin embargo, a pesar de las muchas condiciones desfavorables, la falta de preparación, los errores comprensibles de la inexperiencia, incluso a pesar de la traición nacional por parte de la clase dominante francesa que se alió a los invasores prusianos en contra de los trabajadores parisinos, la corta duración de la Comuna resultó ser de significación histórica.

Entre sus logros más importantes se destacan: la abolición del ejército permanente y su sustitución por milicias de los trabajadores mismos para la defensa común, la separación de la iglesia y el Estado así como la secularización de las escuelas, y la revocabilidad de todos oficiales administrativos y gubernamentales además de una fijación de sus salarios igual a la compensación de un trabajador medio. Los comuneros empezaron a tomar medidas que iban dirigidas a la transformación socialista de la vida económica, como la tabulación estadística de las fábricas abandonadas por sus dueños y su reorganización en cooperativas administradas por sus respectivos obreros, cuando la contraofensiva reaccionaria cogió auge. Aún así, puede haber poca duda de la trayectoria que hubiera tomado la Comuna en el campo económico.

La clase dominante no perdió esfuerzos para ahogar la Comuna en sangre fría cuando tuvo la oportunidad. De las importantes lecciones críticas para la clase trabajadora de hoy que se tienen que sacar de la experiencia de la Comuna es la necesidad de prepararse para el salvajismo con que los capitalistas lucharán para permanecer como clase dominante dentro de la sociedad. La Comuna rompió con todas las ilusiones reformistas de transformaciones sociales pacíficas. La derrota de la Comuna fue la más clara expresión de la lucha de clases.

Hoy, honramos la memoria de la Comuna, de los héroes proletarios que se atrevieron a asaltar los cielos proclamando la repúblico de los trabajadores.