Plan republicano dejaría a 24 millones sin cobertura médica

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Por Ismael Castro

La Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) emitió su análisis del Acta del Cuidado Médico Americano, American Health Care Act, el plan propuesto por los republicanos para derogar y sustituir al actual Obamacare.  Según el informe de la OPC, de implementarse el plan republicano 14 millones de personas perderían su cobertura médica durante los primeros dos años y otro 10 millones se quedarían sin seguro médico para 2026.  El informe provocó negaciones inmediatas por parte del liderato republicano en el Congreso así como por el secretario de Salud Tom Price y el resto de la administración de Trump.

El informe de la OPC confirma el análisis que hemos hecho de que uno de los objetivos de la medida es eliminar el programa de Medicaid.  Según el informe de la OPC el plan republicano le recortaría 25% de los fondos para Medicaid, o cerca de $880 mil millones, en los próximos 10 años.  Tal recorte esencialmente desmantelaría el programa.  Medicaid es un programa cofinanciado por el gobierno federal y los estados además de otras jurisdicciones como Puerto Rico, el cual provee cobertura médica a más de 74 millones de personas, la mayor parte de las cuales que son pobres o niños discapacitados.  Bajo el plan republicano, el gobierno federal dejaría de otorgarle fondos a los estados según las necesidades de las personas inscritas a Medicaid, que en el caso de los adultos, los requisitos para calificar se basan en ingresos menores de 133% el nivel federal de pobreza.  Más bien, la propuesta republicana impondría un esquema similar a lo que se usa en Puerto Rico donde hay un límite en los fondos federales.  Bajo la propuesta republicana los estados sólo recibirían fondos per cápita, es decir, una cantidad limitada por cada persona elegible, y se prohibirían la inscripción de nuevas personas después de 2020.

El plan republicano sustituiría los subsidios que provee el actual Obamacare para la compra de seguro médico en los ‘mercados estatales’, que suman actualmente a $673 mil millones, con créditos tributarios que según el estimado de la OPC sumarían a unos $361 mil millones.  Estos “ahorros” equivaldrían a un esquema tributario severamente regresivo – los que más tienen pagan relativamente menos – ya que el plan impone una mayor carga de los costos de atención médica a los ancianos y más vulnerables.  Primero, dichos créditos tributarios estarían basados en la edad y sólo proveerían a personas mayores, cuyos gastos de salud son típicamente más altos, con un mísero crédito de $4.000.  Esto automáticamente subiría los costos ‘fuera de bolsillo’ de los individuos que ganan menos de $75.000 al año ($150.000 para las parejas) en primas y deducibles mientras incentivaría a las aseguradoras a reducir drásticamente los servicios médicos cubiertos en sus planes.  De hecho, bajo el plan republicano, a las aseguradoras se les permitiría cobrar a las personas mayores hasta 5 veces más de lo que se le cobra a una persona joven.  Bajo Obamacare se les permite cobrar 3 veces más.

Segundo, el plan republicano eliminaría el impuesto sobre ganancias de capital (capital gains tax) de 3.8% aplicado a ingresos por actividades financieras (ej. dividendos, intereses, etc.) para personas que ganan más de $250.000 anuales.  También eliminaría el cobro de 0.9% para Medicare (Medicare surcharge), el programa que provee cobertura médica a personas mayores, para aquellos con ingresos más de $250.000 al año.  Para dar un ejemplo sencillo del carácter regresivo del plan: una persona que gana $250.000 al año principalmente de actividad financiera ahorraría un mínimo de $9.500 mientras a un jubilado con ingresos de menos de $75.000 se le daría un mísero crédito de $4000 para comprar un seguro médico que le podría salir en cinco veces más caro que lo que se le cobraría a una persona más joven.

Los republicanos han hecho mucho de la eliminación del ‘mandato individual’ que forma parte de su plan.  Dicha disposición de Obamacare impone una penalidad tributaria a los que no compren seguro médico en los mercados estatales.  Sin embargo, el plan republicano impone un cargo de 30% a los que pierden cobertura médica durante más de dos meses del año al intentar comprarla de nuevo.  Otra aspecto nefario del plan republicano es la eliminación, por un año, de fondos para Planned Parenthood, una agencia global que provee servicios médicos y prenatales a bajo costo para mujeres con ingresos bajos, particularmente jóvenes.

A pesar del informe devastador hecho público por la OPC, el liderato republicano y la Casa Blanca han insistido en impulsar el nuevo plan.  Ya ha pasado por dos comités del Congreso.  Aparte de los beneficios tributarios para los capitalistas, el plan republicano está siendo apoyado por las aseguradoras que sueñan con eliminar las actuales restricciones a la venta de seguros médicos a través de líneas estatales y así lograr una mayor concentración.  Bajo la cínica consigna de “patient choice”, (elección del paciente) los defensores del nuevo plan han avanzado el argumento de que la creación de mercados más amplios eventualmente bajarán los costos médicos como si la concentración monopolista fuera una ventaja para el consumidor. La realidad es que las aseguradoras más grandes se registrarán en un par de estados con menos requisitos y fiscalización laxa desde donde venderán planes médicos sub estándar a personas necesitadas a través del país.

De las muchísimas mentiras que Rosselló ha dicho recientemente en su esfuerzo para pintar el recién certificado Plan Fiscal como algo beneficioso para Puerto Rico, no hay mayor embuste que el que dijo cuando afirmó: “En el área de salud  bajamos el propuesto recorte de $1,000 millones al año, según lo proponía la Junta, a $300 millones durante los próximos dos años, hasta llegar a $750 millones en tres años. Eso nos permitirá  que todos los que tienen la tarjeta de salud la mantengan. Ahora tú tendrás el poder de decidir dónde buscarás los servicios de salud y no el asegurador. En el nuevo modelo de salud el paciente tendrá el poder, la opción, y el control de su salud.

El intentar de pintar un masivo recorte en la salud como una entrega de poder al paciente es no sólo un craso insulto a la inteligencia sino muestra de la manera más clara el desdén total que tiene la clase capitalista hacia las masas.  Rosselló es un mentiroso cínico que en nada se opone a las aseguradoras y al que no le importa un pito el ‘control del paciente’.  A lo que Rosselló está haciendo eco es el plan republicano de dejar al ‘consumidor’ de servicios médicos a merced de las fuerzas del mercado: libre para comprar un plan médico carísimo que cubra casi nada.

El desastre del sistema de salud en Puerto Rico es evidencia irrefutable de que ya el capitalismo no puede dar una respuesta progresista a las necesidades sociales.  Rosselló, Rivera Schatz y González, al igual que Trump, Ryan and Price, están defendiendo un sistema decrépito que sólo funciona en beneficio de una infinitésima minoría.

Los comunistas estamos luchando por un sistema de salud universal, no sujeto al afán de lucro, sino más bien orientado a atender las necesidades humanas.  Nos oponemos al actual sistema de salud controlado por las aseguradoras privadas el cual incentiva a los médicos a subordinar la ética profesional y el servicio público a «intereses empresariales».  Llamamos a la ciudadanía a luchar junto con nosotros para sacar la salud pública de las manos de los capitalistas y ponerla bajo el control de la clase obrera.