Dos vertientes

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Por Ángel M. Agosto lustrodegloria@yahoo.es

La lucha de emancipación de nuestro pueblo perdió en el mes de febrero de 2012 a dos de sus gestores: Miguel Ángel Cabrera Figueroa y Agustín de Jesús Montero. Ambos coincidieron en el Partido Socialista Puertorriqueño (PSP) en los setenta. Representan vertientes de una lucha que hasta precisamente esa década estuvieron separadas: la lucha social y la lucha nacional.

Miguel Cabrera, además de ser parte del Movimiento Pro Independencia (MPI) desde 1965, es fundador de los Comandos Armados de Liberación (CAL) y gestor importante de acciones armadas que tuvieron lugar a fines de los sesenta y principios de los setenta. Dirigió operativos militares como los de las Torres de El Yunque, que impactó al país ante el descubrimiento de que en ellas fueron colocadas simultáneamente 52 bombas que dejaron sin comunicación por primera vez a la Marina de Guerra de los Estados Unidos.

Durante esa turbulenta época de los sesenta y setenta fue consolidándose una nueva concepción de lucha que buscaba darle contenido social al planteamiento de independencia política. Y ante el continuo incremento de la represión policíaca se articuló una concepción nueva de la lucha armada de las masas, capaz de garantizar la continuidad de la lucha en cualquier circunstancia. Una de las formas organizativas que este esfuerzo concretó fue los CAL que Miguel ayudó a fundar, que contó con la dirección política del MPI.

En 1974 vi entrar a una reunión de la Secretaría de Asuntos Sindicales del PSP a Agustín de Jesús Montero. A él, a Luis Lausell, a Mónico Nazario y a Luis Calderín, entre otros compañeros, le habíamos invitado para discutir la estrategia a seguir para llevar a Lausell a la presidencia de la Unión de Trabajadores de la Industria Eléctrica y Riego (UTIER). A partir de entonces aquel grupo de sindicalistas (excepto Nazario, que era militante desde hacía años) se incorporó al PSP y contribuyeron a formar la más poderosa organización política con que contó nuestra lucha en la historia de Puerto Rico. No hubo fuerza mayor capaz de hacer valer los sueños de Betances, Hostos y Albizu.

Pero el PSP se desvirtuó en gestiones reformistas y precisamente Agustín tuvo una participación destacada en el debate en torno a ello. Siendo Lausell presidente de la UTIER, lo «quemaron» como candidato a gobernador por el PSP en las elecciones de 1980. Pasadas las elecciones, la dirección Socialista trató de imponerlo de nuevo en la presidencia del sindicato, a lo que líderes progresistas de la Unión se opusieron. Uno de los líderes opositores era Agustín. Durante sus debates con Juan Mari Brás en las páginas de Claridad Agustín pudo exponer sus brillantes ideas sobre democracia sindical.

Agustín fue considerado como un líder histórico de la UTIER a lo largo de décadas. Ideólogo de la Unión, defensor de la democracia participativa, promovió con su sabiduría e influencia a casi todos los presidentes durante los últimos treinta años.

Promotor de la unidad de los socialistas, ayudó en el esfuerzo de refundación comunista que culminó en la fundación del Partido Comunista Puertorriqueño, del cual era dirigente al momento de su fallecimiento. Atacó esa tendencia histórica del independentismo de cerrarse a sí mismo producto de los años de persecución y criminalización, y enfatizó su apertura de masas.

Es curioso que Agustín y Miguel apenas se conocieron, pero no sorprendente por sus formaciones y experiencia tan disímiles. Formaron parte de dos vertientes de una mismo lucha por la independencia y el socialismo.

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