La represión como forma de hacer política en el Estado español

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Por la Redacción del Abayarde Rojo

Solidaridad con el País Vasco en lucha

El pasado 30 de septiembre siete militantes de Askapena fueron arrestados en un operativo dirigido desde el Estado español contra la organización internacionalista, acusándola de ser “el brazo internacional de ETA”. Estos hechos, sumados a más de 700 de presos políticos, torturas, ilegalización de partidos, cierre de periódicos, la creación de un complejo entramado jurídico para frenar la lucha popular, demuestran la falta de verdadera voluntad política del Estado español para solucionar el conflicto.

Durante dichos operativos fueron arrestados también Walter Wendelin, Gabi Basañez, Haritz Ganboa, Itsaso Lekuona, Unai Vázquez y David Soto, mientras que se decretó una orden de búsqueda y captura contra Uberka Bravo. De éstos sólo han sido liberados bajo fianza Ruben e Itsaso, mientras el resto de los prisioneros políticos continúan encarcelados sin que hayan sido llevados ante un juez.

El Abayarde Rojo tuvo la oportunidad de conversar sobre el panorama político de Euskal Herria (territorio que incluye el País Vasco en los Estados español, francés y Navarra) y otros temas con uno de los militantes de Askapena arrestado durante dichos operativos, Ruben Sánchez Bakaikoa.

Sobre la relación histórica con el Estado español indicó que «la represión del Estado español en contra del pueblo vasco ha sido una constante histórica desde el Siglo 16, donde siempre se trató implementar una política de represión y asimilación cultural. Sin embargo, luego del golpe de estado a la Segunda República en 1939, y la sangrienta dictadura franquista, se implantó una política de supresión del euskera (lengua vasca) y su cultura.»

«Ya en su lecho de muerte, Franco se encargó de dejar todo “bien amarrado” y logró que algunos sectores de las fuerzas progresistas y revolucionarias pactaran el restablecimiento de la monarquía (PCE, PSOE, PNV) para que se diera de forma pacífica la “transición”. Este no fue el caso de la izquierda independentista vasca, que no aceptó la transición, y como resultado el Estado no reconoció al Pueblo vasco.»

Dentro de ese complejo escenario político se formaron numerosas organizaciones políticas y comunitarias, entre ellas ETA, «que en un principio orientó sus esfuerzos políticos desde una perspectiva de lucha cultural y que luego, ante la incapacidad de negociación del Estado español, optó por la vía armada.»  En 1987, como parte de la lucha popular, se funda Askapena.

Askapena es una organización anti imperialista, que lucha por la independencia y el socialismo en Euskal Herria,  tiene 23 años de fundada y ha dirigido siempre su trabajo político, nacional e internacional, de forma pública y abierta. Askapena forma parte del amplio espectro político de la izquierda abertzale vasca que lucha por una solución política con el Estado español.

Askapena organiza brigadas de solidaridad a distintos países para fomentar la solidaridad entre los pueblos, difundir sus casos e intercambiar experiencias de lucha. A lo largo de su existencia ha enviado brigadas internacionalistas a diversos países de Latinoamérica, a la Palestina ocupada y Europa.

Ruben lleva militando en la organización desde 1999, y participó ese mismo año en la brigada internacionalista a Cuba. Como el resto del pueblo vasco, tampoco es extraño a la represión «he sido arrestado en tres ocasiones: las primeras dos en manifestaciones y la tercera en la última redada (30 de septiembre) acusado de integración a banda armada.»

A pesar de la represión generalizada, la sociedad vasca «ha formado redes de apoyo y amnistía para los presos políticos. También existen organizaciones sindicales (LAB), juveniles y otros partidos políticos como Batasuna, que está ilegalizado.» Añadió además que «el Estado español es el único de la Unión Europea que ha sido denunciado por torturas» en alusión a los presos políticos vascos dispersos a lo largo y ancho de los Estados español y francés.

Sobre las perspectivas políticas a raíz del cese al fuego de ETA señaló que «la izquierda abertzale busca establecer un proceso democrático que cree un marco político distinto, donde se reconozcan los derechos colectivos. Que provean una solución al conflicto armado y se reconozca nuestro derecho a la autodeterminación.» Añadió que «la mayoría social entiende y comparte las causas del conflicto y presiona a los Estados (español y francés) a solucionarlo de forma justa.»

A preguntas del Abayarde Rojo sobre si el resto de la izquierda abertzale «presionó» a ETA para el cese al fuego, contestó categóricamente que «no hubo presión de ninguna parte. ETA no está ajena a la realidad política, sino que ha habido un análisis, una lectura similar.»

Ruben entiende que el Estado español se muestra intransigente, sin voluntad de diálogo y que dentro de ese marco es que se dan los arrestos, ya que «el sumario (acusación en contra de Askapena) existía desde 2008, sin embargo las detenciones se dan ahora para mostrar fuerza. Pero ahora estamos más fuertes para obligarles a reconocer el pueblo vasco y sus derechos democráticos.»

Sobre la solidaridad con otros sectores progresistas y revolucionarios del resto del Estado español indicó que «tenemos muchos amigos solidarios dentro del Estado español y francés. Sin embargo, las izquierdas tradicionales no han entendido o no han querido entender la existencia de nuestro pueblo, pero mantenemos relaciones fluidas con movimientos independentistas de ambos Estados y nos solidarizamos con todos los pueblos que luchan.»

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